Por Alexa Schulz
La lucha armada como mecanismo de reivindicación social se agotó en Colombia y ahora, con la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc, comienza la construcción de un proceso político que le daría al país nuevas posibilidades para generar las transformaciones tantas veces aplazadas que lo lleven a una modernización más justa y equitativa. Ese es el espíritu que rodea a los dirigentes de las Farc en esta etapa en que se alistan a dejar las armas para reincorporarse a la vida civil y hacer política. Así se desprende de las declaraciones que, en distintos ámbitos, han dado en los últimos meses. Seguir leyendo